El movimiento de la escalada en La Guairita comienza a finales de la década de los años 70, con los escaladores David Knot, Steve Platt, Willmer Pérez, Ramón Blanco, Hugo y Titín Arnal, quienes abren la primera ruta llamada "El Diedro de Hugo", mismo diedro que conduce a La Laja.

En aquellos años los hermanos Arnal comienzan a llevar e instruir a su hermano menor Enrique Arnal (Kike) quien en compañía de Alejandro González (El Nero), abren las primeras vías de dificultad a finales de los años 70 y principios de los años 80. Rutas como Puertas del Delirio conocida hoy como Siete Clavos y And You And I conocida como Dos Clavitos, Las Botas Nuevas del Ñero hoy Bolas al Cuello, El Hueco de Manuel Guaiguata hoy Grieta para el Hueco, Grieta a Grieta, Salamandra Mortal, Taquicardia, Panadería y Pastelería, Patricia, Arbolito, Monte Fuma y muchas otras vías de menor dificultad que también fueron abiertas de forma tradicional.

A principios de los años 80 el número de escaladores en La Guairita no llegaba a las 60 personas.

También se notaban diferentes tendencias en la forma de escalar y la forma de evaluar las rutas, se evaluaba con el sistema de la UIAA y con el Sistema Decimal de Yosemite, los conceptos de montañista y escalador de roca no estaban definidos. Se tendía a confundirlos, es decir si escalabas bien en roca pero en Mérida te daba mal de altura entonces eras mal escalador. Se decía también que en La Guairita solamente podías escalar si eras fuerte y hacías barras, ya que en este lugar abundaban los extraplomos. Se decía en cambio que en la otra roca escuela, La Roca de La Castellana, se escalaba verdaderamente porque la mayoría de los pasos eran de equilibrio, creando durante un corto tiempo discrepancias de tipo ético. Esta era una de las supuestas razones de "por qué" los escaladores de La Castellana no iban a La Guairita. La otra razón era que a finales del año 80 se perdió misteriosamente un clavo de Puertas del Delirio y nunca se supo cómo desapareció. En esta época algunos escaladores de La Castellana (Grupo Tuqueque) iban a escalar entre semana coincidiendo con las personas que escalaban habitualmente en este lugar. Los moradores de La Guairita al percatarse de la falta del clavo salieron a perseguir a los escaladores de La Castellana y los amenazaron haciendo que estos se alejaran por un largo tiempo de este sitio.

Para el año 81 y 82 el sitio más frecuentado por los escaladores era La Roca de La Castellana y era el lugar donde se daban los primeros pasos de escalada en roca, se hablaba de La Guairita como un lugar no muy bueno para aprender o practicar la actividad de la escalada porque ahí iban dos escaladores de muy mal humor que se creían dueños del lugar (Kike y El Ñero). Todo esto hizo que los escaladores se dividieran en dos grupos: los escaladores de La Guairita y los escaladores de La Castellana. Estas diferencias fueron poco a poco cayendo en el olvido, para los años 1983 - 1984 cuando un grupo de escaladores de La Guairita viajan a Yosemite y escalan el Capitán y otras paredes de renombre.

Es aquí cuando llega la segunda ola de escaladores integrada por escaladores como: José Luis Pereyra, Ángel Martínez (Chuti), Gustavo Brillembourg, Freddy Villegas, Marcos Bustamante, Rafael Ghinaglia (Comiquita), algunos integrantes del Grupo Tuqueque (José Luis Aguirre, Alfredo Autiero, Henry González), del Centro de Excursionismo Loyola (Xavier, Iñaki Leisaola), de la Universidad Simón Bolívar (Raúl Castillejo, Martín Echeverría), de la Universidad Central de Venezuela (Gonzalo Menéndez, Henry Guerra), sin olvidar los aportes hechos por la Sociedad Venezolana de Espeleología que contaba con miembros como Wilmer Pérez, Carlos Galán y Juan Jova. Estos últimos introducen los clavos de expansión y realizan algunas vías artificiales como la Pared de los Pitones de Expansión A1 y el Diedro de los Pitones A1 5.10b. Este hecho causó mucha polémica porque para ese entonces en La Guairita se había adoptado la filosofía del Think Pink y el Clean Climbing.

Entre los años 1984 y 1985 se abren una gran cantidad de vías de dificultad moderada en estilo tradicional por José Pereyra, Chuti y Kike. También llega otra ola de escaladores jóvenes y temerarios (los Frescolocos) formado por Ricardo Lezama, Oscar Godoy (Tatu), David Castillejo, Fruta y Nano, todos del Loyola (CEL). Quienes repitieron gran mayoría de las rutas y abrieron otras de dificultad moderada. En un principio sobrevaloraban todas las rutas que hacían, se puede constatar en la revista "Espacios Libres" rutas como La Tesis de Luisana 5.11c cuando en realidad es 5.10a-b o Unicornio 5.12 cuando en realidad es 5.11b-c. En este tiempo muchos escaladores decían "hay que hacer la ruta antes que la desvaloren, y así decir yo hice esa ruta cuando era 5.12 y no ahora cuando es como 5.10".

En el año 1986 se decreta La Guairita como Parque Recreacional Cuevas del Indio, y se realizó un encuentro de escalada en roca y el Primer Campeonato de Boulder (escalada en bloques).

En los años sucesivos con la puesta en boga de la escalada deportiva desarrollada en Europa, la tendencia filosófica de la escalada en La Guairita empieza a cambiar, se introduce la modalidad del bordillo (rutas deportivas cortas de gran dificultad). Uno de los precursores de esta modalidad es Henry González.

Con la incorporación de los spits se empieza a abrir un gran número de rutas y posibilidades. En un principio cuando se empiezan a abrir rutas utilizando este tipo de implementos parecía que la dificultad no estaba en hacer la ruta sino en mosquetonear el spit o bolt. Poco a poco esta tendencia ha ido cambiando, las rutas se están abriendo de arriba hacia abajo, se ensayan los movimientos y los spits se colocan con más conciencia.

Llegan así los años 90, escaladores como Igor Martínez, Agustín Carrera, Carlos Castillo, Francisco Henríquez dieron grandes aportes al mundo de la escalada deportiva en Venezuela. También escaladores de renombre como Rick Silvester, Todd Skinner, Paul Piana y Kurt Albert y escaladores deportivos de alto nivel en la escalada pero con poco aprecio por la ética del lugar. Tal es el caso del campeón chileno y la ruta Mala Fama en la que se tallaron los agarres.

En resumen, el volumen de escaladores de los años 80 que no pasaba de 100 escaladores activos, se incrementó de manera vertiginosa en los años 90 contando con más de 1.000 escaladores inscritos en el registro del Parque. Respecto a la manera de proteger las rutas, esta ha evolucionado de forma satisfactoria con el uso de los "bolts" y las "bolt-equipped" vías que por mucho tiempo fueron consideradas imposibles. En la década de los 80 se trató de proteger la mayoría de las rutas con empotradores llegando al límite de poner protecciones más que todo de tipo psicológico. Cuando se empiezan a usar los bolts, estos tenían la característica de que no eran para escalada libre (deportiva) sino para escalada artificial, "el bolt" solo aguantaba el peso del cuerpo pero no aguantaba caídas, es decir, prohibido caer. La otra dificultad durante mucho tiempo siguió conservando una extraña tendencia y fue la colocación de los bolts en lugares en que se hacía muy difícil la mosqueteada, es decir la ruta era más la mosqueteada y no la ruta en sí. Pero poco a poco todos estos inconvenientes se han venido solventando con la experiencia de las viejas y nuevas generaciones de escaladores como Franco Roman, Federico Pisani, Andrés Montiel, José Gregorio Guerrero (Goyo), Andre Vancampenhoud (Palmera), Iván Calderón (Crispín), Franco Lombardo, Pablo Borjas, Henry Guerra, estos tres últimos pertenecientes a la Asociación Venezolana de Instructores y Guías Profesionales de Montaña entre otros. Todos ellos de una u otra manera han contribuido a la escalada en el parque hacia finales de los años 90 entrando el 2001.

Llegado el año 2002 El Morro de La Guairita con sus diferentes sectores es considerada una Roca Escuela de alto nivel, donde se dictan cursos de escalada los fines de semana y es lugar de entrenamiento para el escalador deportivo de competencias, el escalador tradicional que busca aventura en rocas vírgenes, el montañista que sueña con ir al Everest, el escalador de boulder, así como también el escalador dominguero que lo que busca es pasar el rato, eso sin contar con la espeleología.

La Ética de La Guairita ha ido cambiando con el tiempo, pero la constante es que los escaladores han tratado que estos cambios no destruyan el paisaje en una búsqueda de la seguridad y lo moderno.

"El equilibrio entre la destrucción de la roca con el talle de agarres y la ética conservacionista, es tarea de todos y está en nuestras manos seguir escalando con seguridad sin llegar al abuso".

Marcos Bustamante (1961-2004)